¿Qué es el Método Brainpoints®?”

¿Por qué decidió, tras 20 años de carrera en el Hospital de Clínicas y el Hospital Borda, crear este método?

Crear el método no fue una decisión deliberada. La experiencia clínica en neuropsicología y la investigación me fueron llevando de a poco a pensar cuestiones relacionadas al funcionamiento cerebral y el comportamiento diario. En por qué hacemos lo que hacemos y cómo lo hacemos. Qué efectos tiene en el cerebro hacer una cosa en vez de otra. En este punto, se me empezó a ocurrir que se podía plantear actividades que no tuviesen relación directa con los objetivos que buscamos pero que nos ayuden a alcanzarlos debido a las áreas cerebrales estimuladas. La idea fue hacer actividades que nos ayuden a entrenar funciones como la atención o bien, trabajar sobre habilidades como podría ser la creatividad o la empatía. Pensé que sería un método ideal para activar el cerebro y la mente en una dirección que permitiese hacer más felices a las personas de una manera práctica y divertida. Mi motivación fue bajar a la vida cotidiana todo el conocimiento que fui construyendo a partir de la clínica y de la investigación con enfermos mentales graves y trastornos del movimiento. También pensé que podría ser útil para entrenar mentalmente a los chicos que tuvieran menos oportunidades de alcanzar los estándares académicos esperados para su edad. Una forma de tratar de igualar las oportunidades de una manera divertida y eficaz. Así fue evolucionando la idea a lo largo de los últimos 5 años. Empecé a recopilar las áreas cerebrales que se activaban con determinados comportamientos y a registrar qué actividades mentales se ponían en juego. Lo que vino después fue el diseño del Método Brainpoints® que se basa en la neurociencia y consiste en la realización de micro-comportamientos que nos sirven para entrenar a la mente.

¿Podría dar ejemplos, con casos concretos (sin nombres, obviamente) de cómo los pacientes usaron el método y qué beneficios obtuvieron? 

Algunas enfermedades mentales graves producen síntomas como el retraimiento social y dificultades cognitivas como fallas en la memoria o en la atención. Son características que llevan a las personas a retraerse cada vez más y a sentirse inseguros frente a otros. Por ejemplo, si no puedo prestar atención me cuesta mucho sostener una conversación. Solía trabajar directamente sobre lo cognitivo, pero un día empecé a pedirles a mis pacientes que realizaran posturas que son típicas de personas seguras. Por ejemplo, poner los piés sobre un escritorio, las manos en la cintura, o levantar el mentón al hablar. Poco a poco, fueron incrementando la sensación de seguridad, se encontraron más proclives a participar de reuniones sociales y aumentó la sensación de satisfacción. Con actividades corporales como hacer un gesto cada vez que decían que sí durante la consulta, empezaron a moverse y a entrenar la atención. Su calidad de vida comenzó a mejorar sustancialmente. El cerebro tuvo la oportunidad de generar nuevas conexiones, de reconectarse en un nuevo sentido y por eso hacer que emerjan diferentes habilidades y cualidades mentales. No fue la cura, pero mejoró su vida diaria y demostró que podemos aprovechar la plasticidad cerebral para mejorar nuestro día a día.

¿Cómo podría usarse este método para revertir la obesidad?

El método se basa en la teoría del hábito, en los hallazgos de la neurociencia social y en la capacidad del cerebro de generar nuevas conexiones de neuronas, la neuroplasticidad. El método facilita la potenciación y la inserción de hábitos saludables y la inhibición de hábitos negativos. Trabaja mediante repeticiones que establecen rutinas alternativas para las señales que desencadenan los comportamientos que no son saludables. Estas rutinas resultan en la activación del circuito de recompensa cerebral y por eso el comportamiento termina instalándose como un hábito. Por eso, aunque no fue diseñado para ese fin, es un método potencialmente útil para revertir hábitos nocivos como los que conducen a la obesidad o al tabaquismo. Para este tipo de aplicación, el seguimiento es importantísimo ya que hay que acompañar a las personas para la superación de los “puntos de inflexión”, los momentos en los que las personas flaquean antes de la verdadera adquisición de los nuevos hábitos.

¿Qué son los micro-comportamientos (POINTS)? ¿Podría dar ejemplos? 

Los POINTS son micro-comportamientos o comportamientos mínimos ​que estimulan el funcionamiento del cerebro en determinada dirección para la generación de hábitos que nos conducen al logro de objetivos saludables o a potenciar determinadas fortalezas que queremos trabajar. Como estimulan el circuito de recompensa cerebral que está involucrado en la producción de sensaciones placenteras, el cerebro quiere repetir la conducta que produjo esa activación facilitando así la instalación del hábito. Igualmente, esto lleva un tiempo. Aunque los hábitos empiezan a instalarse al tercer día de repetición, la completa adquisición del hábito se da entre las 3 semanas y los 2 meses. Son actividades como bailar sin música, revisar un cajón, recordar un momento feliz, hacer una cuenta mentalmente o comer con los cubiertos al revés. Este último POINT mejora la coordinación de ambos hemisferios cerebrales e incrementa las conexiones neuronales. Puede mejorar las habilidades lógicas en un zurdo y la creatividad en un diestro. Bailar sin música es de por sí disruptivo. Eso ya moviliza nuestros esquemas mentales. Con esta actividad, oxigenamos el cerebro y aumentamos la producción de serotonina que genera sensaciones de bienestar y calma. La práctica frecuente de este POINT ayuda a afrontar situaciones de estrés y organiza la función cerebral de manera que responda con menor intensidad a la ansiedad. Si nos habituamos a revisar frecuentemente los cajones, frenamos la urgencia por tener cosas que no necesitamos y ayuda a combatir el sentimiento de insatisfacción constante que deviene de la cultura del consumo. Recordar momentos felices con frecuencia aumenta la liberación de dopamina generando placer. El registro de las cosas buenas que nos pasan, se relaciona con la capacidad de resiliencia y por eso nos ayuda a afrontar los malos momentos y a capitalizarlos a favor utilizándolos para el crecimiento personal. Por último, la planificación, la secuenciación y la memoria de trabajo, que es la memoria RAM de las personas, se benefician con la mayoría de los cálculos mentales. Algunos POINTS proponen cuentas específicas que entrenan esas funciones. 

Necesitaría un punteo breve sobre cómo el método trabaja cada una de las 5 áreas: mental, física; emocional; social y nutricional.

Trabajamos sobre el área mental estimulando la atención, la memoria, la resolución de problemas, la creatividad y la flexibilidad ante los cambios, entre otras funciones cognitivas. Involucramos al cuerpo, porque estimulamos el movimiento, el reconocimiento de las sensaciones corporales e incluso, de las propias expresiones faciales. El entrenamiento en POINTS incluye un aspecto emocional. El bienestar, el afrontamiento saludable de las situaciones adversas, el control de la ansiedad y del estrés son ejemplos de beneficios de la práctica. El aspecto social se ve beneficiado por el incremento de la empatía, la escucha activa, la comunicación asertiva, la cooperación y la solidaridad son algunos de los aspectos que pueden entrenarse mediante la práctica de POINTS. La nutrición tiene mucho que ver con el funcionamiento cerebral. Por eso, proponemos alimentos que mejoran la función cerebral. Pensamos la salud a partir del cuidado del cerebro. Tenemos en cuenta la importancia de la glucosa, los minerales y las vitaminas que le aportan energía a nuestro cerebro. Recomendamos alimentos que mejoran la función cerebral e incluso, algunos que nos motivan o que nos ponen de buen humor. 

*) Dra. Gabriela Gonzalez Alemán, Dra. en Genética del Comportamiento y fundadora de Brainpoints (MN 33343) Instagram: @brainpoints

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